Conexión México
Por Ruby Soriano
Con el folklore intacto, México sigue siendo un país de matriarcados, donde las mujeres no sólo se han convertido en pujantes jefas de familia, sino también en la simbiosis de mujeres que lideran una gran diversidad de proyectos y empresas.
Aquí, en este país de multicolorido social, ser madre ha tenido una evolución y cambios en el significado que durante muchas generaciones se le asignaron a la palabra “Mamá”.
El 10 de mayo, sigue paralizando al país; es un día donde todos se acuerdan que tienen o tuvieron madre.
En México como en muchos otros países de América Latina, las madres mexicanas de hoy, han dado pasos importantes en su transformación. Los cambios no obedecen sólo a cuestiones sociales, ideológicas, económicas o culturales, es una mezcla de todo esto.
Una estadística se ha incrementado con el paso del tiempo, fiel reflejo de los cambios y estereotipos que hoy se viven en una sociedad muy cambiante.
De acuerdo a datos de la Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México hay alrededor de 5 millones de madres solteras que forman esas familias donde ellas son el único sostén para sus hijos.
El modelo conservador de las mamás mexicanas dedicadas al hogar, el marido y los hijos, ha quedado con una de las estampas coloridas de los pasajes históricos de una sociedad ávida de avance, apertura y desarrollo.
Las madres solteras hoy son ejecutivas, empresarias, obreras, maestras, profesionistas y están insertadas en todos los roles sociales donde la figura masculina ha sido relevada por la imagen única de estas guerreras que hacen dos papeles en una misma familia.
El fenómeno de las madres solteras en México llama la atención no por la condición conyugal, sino por las exigencias sociales y los cambios que obligan a mirar las necesidades y derechos que cada una de ellas demandan desde hace años.
Los programas asistenciales, los servicios de salud, educación y muchos otros beneficios sociales, siguen supeditados a la figura “de la tradicional” familia.
Estos 5 millones de mujeres que sostienen casas, educación y alimentación de sus hijos demandan mayor apertura social y beneficios para quienes como ellas, son proveedoras únicas de sus hogares.
No se trata de género –dicen algunas- pues hoy en la sociedad mexicana también están los padres solteros, que al igual que ellas son guerreros únicos, inquebrantables, que más allá de su condición de padres, priorizan vida y espacios para cubrir esa parte única que tiene una madre en la vida familiar.
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